El Tintero
Viene
a ser un chiringuito de playa bastante grande, donde los camareros pasan entre
las mesas abarrotadas de comensales calurosos, ofertando diferentes productos, donde
suelen llevar 8 o 10 platos de lo mismo y gritando “TENGO” por ejemplo
calamares, "TENGO CALAMARES, QUIÉN QUIERE CALAMARES!!!". Y cómo es una compra
totalmente impulsiva, oyes aquello de: “JEFE!!! PONGA UNA AQUÍ!!!".
Y
así, hasta una ristra de tapas y jarras de cerveza, hasta que aparece... el
cobrador!. Muy preparado con su calculadora y su datafono que grita: “Que no me querei ni ve, pero que yooo cobro,
YO COBRO”. Llega a tu mesa y cuenta los platos, que según su tamaño
tienen un precio ya fijado, te hace la cuenta en el mantel de papel y tú, a
pagar feliz! Eso sí, no le pidas factura que ya le complicas al hombre.
Pero
bromas aparte, lo mejor de todo es el “peazo” de concepto que es difícilmente
extrapolable a otros lugares, aunque tengan El Tinterillo
en Madrid, que éste restaurante explota con éxito.
Me
pregunto si se podría extrapolar a alguna primera avenida de una gran ciudad.
El camarero en vez de pasar gritando: “Teeengo
calamares” podría pasar susurrando: “Ofertamos
chopitos del sur en tempura con una ligera mayonesa de Azafrán” y el
cobrador, vestido de Armani, te pasaría la cuenta por Watsup… ¿Porqué no?.
Un
sitio para disfrutar!!!
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