De
los vinos otoñales, esos que se disfrutan a la vera de una lumbre con poca
compañía, íntimos, a los vinos primaverales, en terrazas soleadas, con amigos y
bullicio.
Vinos
frescos, florales y vivos.
Los
blancos, aunque la mayoría aparecen en el mercado antes de su consumo óptimo por exigencias
del guión, (hay que vender cuanto antes!), es un buena estación para
disfrutarlos, no excesivamente fríos (eso lo dejamos para el verano), Godellos,
Verdejos, Macabeos, sin demasiadas florituras, ni batonage, ni lías, ni nada de
nada, expresión pura y dura de la uva bajo su terruño, eso es lo que me apetece
beber en un día primaveral.
Los
tintos, florales, que los hay, nada cargados, nada alcohólicos, nada tánicos, más
bien todo lo contrario, frágiles y sencillos, de colores vivos, alegres, como
esos primeros días de sol después de nubes y agüaceros, que este año llevamos
unos cuantos.
Vuelvo
a pensar en varietales, lo siento, me gustan así, notar el carácter propio de
una uva, sin disfraces ni falsas apariencias, una buena Mencía, o un buen
Tempranillo, atlánticos, o mediterráneos en altura, sin ganas de conservar ni
guardar, sin reservas ni etiquetas, vinos para consumir ahora, vinos para beber ya!!.
A
disfrutar de las flores y los olores frescos!. Con permiso de las alergias…
www.foodsfromspain.com
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