El Servicio
¿Qué está pasando en este país con la figura del camarero?.
Puedo hablar con conocimiento de causa… Recuerdo en mis inicios de temporada estival, con 16 añitos, coincidir con una especie ya en extinción… El camarero de terraza, capaz de llevar una bandeja repleta de refrescos que abría delante de los clientes con un “jarte” que envidiaban los profesionales de sala de los mejores restaurantes… Fijaros bien… hoy ningún camarero de terraza es capaz de ello…
Si no recuerdo mal, los llamaban “limoneros”, camareros comisionados que vendían lo que se propusieran… y tú feliz!.
Hoy en día, los hosteleros se conforman con personal poco cualificado, muy desmotivado, incapaces de controlar una terraza, de vender un “puñetero” pincho y por supuesto, lo de sonreír… ¡Eso no va con el sueldo!.
Quizás, si yo tuviera un garito de playa, donde en tres meses tengo que ganarme el sueldo de un año, intentaría hacerlo todo muy bien y no dejar nada al azar.
Conocer mi competencia.
Ofertar calidad.
Escandallar y marginar con conocimiento de mercado.
Utilizar todos los recursos en cuanto imagen que estén a mí alcance.
Apostar por profesionales e incentivarlos para que muerdan por mi negocio.
Y ser mejor que el garito que tengo al lado.
Y para ello, sin el camarero, esa figura capaz de hacer en tres meses las mismas horas que haríais vosotros en un año laboral, difícil se me plantea.
“Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace”. Franklin D. Roosvelt
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