Las
hojas caídas dibujan los paisajes, los primeros días grisáceos y lluviosos que
invitan a quedarse en el búnker de nuestro sofá con un buen libro y Sinatra de
fondo… Uf!! ¡¡Qué nostálgico me he puesto!!.
Y
que vino sería el adecuado, como siempre y una vez más, el que más nos apetezca,
pero si también me obligaran a escoger uno, sólo uno, sin duda desempolvaría un
gran reserva, de esos que ya parece que no existen, de etiquetas nada atractivas,
ya denostadas por la vorágine de la “tendencia”, sin duda, un homenaje al paso
del tiempo.
Los
grandes reservas que aún permanecen
fieles a su identidad, de colores tejas, de aromas ahumados, con fruta madura,
terrosos en boca…
Aquí
tenéis un grande!!!